jueves, 10 de diciembre de 2009

Definición de Historia, Diccionario de Ferrater Mora


DEFINICIÓN DE HISTORIA SEGÚN EL DICCIONARIO DE JOSE FERRATER MORA



HISTORIA. El término griego i)=stori/

a significa "conocimiento adquirido

mediante investigación", "información

adquirida mediante busca". Éste

es el sentido que tiene i)stori/a en el

tratado aristotélico Peri\ ta/ zw=a

i)stori/a , Historia animalium. Como la

investigación o busca aludidas suelen

expresarse mediante narración o

descripción de los datos obtenidos,

'historia' ha venido a significar "relato

de hechos" en una forma ordenada, y

específicamente en orden cronológico.

Siendo la historia un conocimiento

de hechos o de acontecimientos y, en

cierta medida, un conocimiento de

"cosas singulares", el vocablo 'historia'

ha sido usado en diversos contextos.

Francis Bacon concebía la historia

como conocimiento de objetos determinados

por el espacio y el tiempo.

Se trataba de un conocimiento de

hechos y no de "esencias" o de "naturalezas".

Por ello la historia se divide,

según Bacon, en tres grandes sectores:

la historia de la Naturaleza, la historia

del hombre y la historia sagrada. Todavía

es común distinguir entre "historia

natural" e "historia humana",

pero hay tendencia a usar "historia"

solamente en relación con asuntos humanos.

En el presente artículo trataremos

de la historia primordialmente

como "historia humana". Nos referiremos

tanto a la historia propiamente

dicha, o contenido de la historiografía,

como a la historiografía (disciplinas

históricas, ciencia histórica, etc.).

De acuerdo con una de las "Observaciones" que figuran al principio de la

presente obra, escribiremos "historia"

al referirnos a la realidad histórica, e

"Historia" al referirnos a la ciencia

histórica o historiografía. Sin embargo,

en algunos casos esta convención

no resulta suficiente. En efecto, en la

llamada "filosofía de la historia" se

trata tanto de la realidad histórica

como de las disciplinas históricas, siendo

a veces difícil distinguir entre una

y otra. El inconveniente que ofrece

esta frecuente ambigüedad está a menudo

compensado con una ventaja: el

de que, en rigor, ciertos conceptos se

refieren tanto a la "historia" como a

la "Historia" y a las relaciones entre

ambas.

Nos ocuparemos aquí de la historia

—y de la Historia— en cuanto objeto

de reflexión filosófica. Esta reflexión

ha recibido, desde Voltaire, el nombre

de "filosofía de la historia". Bajo

este nombre se entienden muy diversas

investigaciones, análisis y especulaciones.

Las ordenaremos bajo dos

secciones: (I) Filosofía formal de la

historia (y, reiteramos, de la Historia)

y (II) Filosofía material de la historia.

Los adjetivos 'formal' y 'material'

son usados aquí como nombres cómodos

y relativamente adecuados. Pero

su significado es más amplio —e, inevitablemente,

más vago— del que

tienen tales adjetivos en otros contextos.

En efecto, bajo el nombre 'formal'

entendemos todas las investigaciones,

análisis y hasta especulaciones que se

ocupan de la naturaleza de la realidad

histórica, de los hechos históricos, de

los conceptos fundamentales de la

Historia, etc., etc. independientemente

de la historia "concreta", la cual es

traída a colación usualmente a modo

de ejemplo y aclaración de las nociones

presentadas. Bajo el nombre

material' entendemos todas las investigaciones,

análisis y, sobre todo, especulaciones

que tienen como objeto

directo la historia "concreta" y que

aspiran a ordenar los hechos históricos

de diversos modos. La filosofía formal

de la historia (y de la Historia) es

principalmente, pero no exclusivamente,

de carácter crítico. La filosofía

material de la historia es principalmente,

pero no exclusivamente, de carácter

especulativo. La filosofía formal

se ocupa primariamente de conceptos;

la material, primariamente de hechos.

Aunque mantendremos la apuntada

división de la filosofía de la historia

en dos secciones, no olvidaremos que

se trata de una división en gran parte

convencional. En efecto, no es infrecuente

que problemas "materiales" se

entremezclen con problemas "formales"

y viceversa. La dificultad de distinguir

entre lo "formal" y lo "material"

en el sentido aquí introducido se

manifiesta también en la exposición de

las ideas de los propios filósofos de la

historia. San Agustín, Hegel, Spengler,

Toynbee, etc., son considerados como

filósofos "materiales" de la historia,

pero hay en ellos abundantes consideraciones

del tipo de las que llamamos

"formales". Por otro lado, Rickert,

Collingwood y filósofos "analíticos"

como Hempel, Mandelbaum, etc. son

considerados como filósofos "formales"

de la historia, pero hay en algunos

de ellos ciertas consideraciones

que implican ideas sobre la "filosofía

material de la historia".

I. Comenzaremos con la filosofía

formal de la historia. Según indicamos,

lo más característico de ella es

que, en vez de ocuparse de ordenar la

historia "concreta", interpretarla y

buscar acaso su "sentido último", se

ocupa de los conceptos por medio de

los cuales se entiende, o puede entenderse,

la realidad histórica, así como

de los conceptos básicos usados en la

Historia (o historiografía). Los problemas

de la filosofía formal de la

historia (y de la Historia) pueden clasificarse

en los grupos siguientes.

Problemas ontológicos. Algunas de

las cuestiones planteadas en este respecto

son las siguientes: ¿Qué tipo de

realidad es la realidad histórica?; ¿En

qué se distingue la realidad histórica

de la realidad natural?; ¿Cuál es la

naturaleza de los hechos históricos?

Las respuestas dadas a estas preguntas

y otras similares son múltiples.

Mencionemos algunas a modo de

ejemplos. Según algunos, la realidad

histórica es una realidad sui generis,

distinta de cualesquiera otras realidades.

La llamada "historicidad" no es,

según ello, una mera característica formal

de lo histórico, sino algo así como

el constitutivum de la realidad histórica.

Según otros, la realidad histórica

no se distingue fundamentalmente de

otras realidades y hasta puede reducirse

últimamente a la realidad natural.

Ciertos autores indican que los

hechos o acontecimientos históricos

son únicos e irrepetibles, en tanto que

los hechos o acontecimientos naturales

son repetibles. Así, la Historia es una

ciencia idiográfica en tanto que la física

y otras disciplinas naturales son

ciencias nomotéticas (véase NOMOTÉ-

TICO ).

Problemas epistemológicos. Con frecuencia

presuponen algunas de las

cuestiones anteriores, pero pueden formularse

separadamente. Los problemas

epistemológicos conciernen primariamente

a la relación sujeto cognoscente-

objeto conocido (o cognoscible)

en el campo de la historia. Algunas

de las cuestiones planteadas en

este respecto son las siguientes: ¿Es el

conocimiento histórico un conocimiento

de leyes?; ¿Es un conocimiento "inmediato"

fundado en alguna forma

de "experiencia humana"?; ¿Es el material

histórico fundamentalmente conceptualizable

o simplemente intuible?;

¿Hay en la Historia categorías, y cuáles

son éstas?; ¿Es la Historia una

"ciencia social"?; ¿Qué es la verdad

histórica y cómo difiere (caso que difiera)

de otras concepciones acerca de

la verdad?; ¿Se refieren los juicios

históricos solamente a individuos, o

bien a alguna clase de "universales"?;

¿Son las leyes históricas distintas o no

de las leyes naturales?

Hay asimismo muy diversas respuestas

a las cuestiones citadas. Limitémonos

a mencionar algunas. Según

varios autores, el conocimiento histórico

es conceptualizable, aunque de

modo distinto del natural. Otros indican

que es conceptualizable de modo

semejante, o idéntico en principio, al

natural. Otros manifiestan que no es

conceptualizable y que es simplemente

directo e "intuitivo". Para algunos, la

Historia es reducible a alguna

"ciencia social", tal como la sociología,

de forma que las leyes sociológicas

pueden explicar en principio enteramente

los acontecimientos históricos.

Para otros, la Historia no es reducible

a ninguna otra ciencia, ya sea por su

carácter peculiar, ya porque, en última

instancia, no es propiamente una

"ciencia".

Hemos indicado antes que muchos

de los problemas epistemológicos están

estrechamente ligados a los que

hemos llamado "problemas ontológicos".

Algunas de las cuestiones antes

citadas muestran que tal efectivamente

ocurre. Podríamos añadir a ello

otras cuestiones que es difícil clasificar

como epistemológicas o como ontológicas

y que podrían llamarse "críticas": son cuestiones tales como las

siguientes: ¿Hay factores causales primarios

en la historia? En el caso de

que los haya, ¿se trata de factores

"materiales" —como las relaciones

económicas, las razas, etc.— o bien

"ideales" — como las ideologías, el

"espíritu de las épocas", etc.?; ¿En

qué consiste propiamente la "explicación

histórica"?; ¿Se explican los

hechos históricos mediante leyes parecidas

—aunque no necesariamente

idénticas— a las leyes naturales, o

bien mediante una especie de "sentido"?


Imagen de http://www.larioja.gov.ar/isft/images/stories/historia.jpg


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